Es la imagen más querida del pueblo y patrona de Sucre. El templo fue construido por orden de Fray Jerónimo Méndez de la Piedra, en el año de 1617. Cobija la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, pintada por Fray Diego de Ocaña, en el año de 1601.
 
El culto popular fue ornando la imagen con diferentes tipos de joyas. En 1748, el lienzo se reforzó con una plancha maciza de oro y plata, representando el manto de la Virgen, dejando de la pintura original el rostro de la virgen y el del niño.
 
Existe relación entre la Ermita de Nuestra Señora de Guadalupe en Sucre (Bolivia) y la Virgen del mismo nombre, patrona de Extremadura, al igual que entre otras de Colombia, Perú y México.
 
La Virgen de Guadalupe  es la Reina de la Hispanidad y su expansión hacia América en los siglos XVI-XVIII va de la mano de los conquistadores Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Vasco Núñez de Balboa y tantos más que trajeron a estas tierras la devoción y tradición de la virgen.
 
Cuenta la leyenda española que todo tuvo su origen a finales del siglo XIII o principios del XIV, cuando se descubre la imagen. Un pastor pierde una vaca y, buscándola por los alrededores, comprueba que ha muerto en el río Guadalupe. Al intentar quitarle la piel, se le aparece la Virgen María pidiéndole que desentierre una imagen suya en ese lugar. El pastor comprueba que la vaca resucita luego de la aparición y corre desesperado a contarles a los clérigos del lugar, que no le creyeron.
 
Pero la historia se repite con su hijo, quien muere mientras él estaba en la iglesia y resucita cuando le ofrece una plegaria a la Virgen. Ante la evidencia, los clérigos corren al campo a desenterrar la imagen y efectivamente se encuentran con una virgen negra, a quien llaman Nuestra Señora Santa María de Guadalupe y pronto construyen una ermita en el lugar.
 
Se convierte así en la patrona de Extremadura y su talla original primitiva está labrada en madera de cedro policromada, de 59 cms. de alto. Presenta la imagen de la virgen sentada con el Niño en su regazo. El santuario se convierte en Monasterio en 1389 y se convierte en uno de los centros más importantes del pueblo.

Luego de su llegada a América y en referencia a Bolivia, en 1618 comenzó la construcción de la capilla bajo la orden de los dominicanos afincados en el lugar. La misma sigue hasta avanzado 1629, bajo la dirección de Fernando Arias de Ugarte y los festejos para ese momento se comenzaban a preparar hacia fines de agosto.
 
Según relatan las historias, una tarde encuentran una mula con carga en su lomo. Se trataba de un enorme cajón que la mula cuidaba celosamente sin dejarse atrapar. Se postraba para descansar, se escondía entre las plantas, salía luego pero sin descuidar jamás su carga.
 
Todos los que allí se encontraban intentaban atrapar el preciado tesoro, pero sin mucha suerte. Finalmente, con ayuda de las autoridades de la iglesia, consiguen arrebatarle a la mula su carga y se encuentran con una hermosa imagen de la virgen, de rostro moreno, con un niño entre sus brazos: era la Virgen de Guadalupe.
 
Desde entonces, se celebra en su honor una gran fiesta el día 8 de septiembre, con entrada folklórica de muchos conjuntos por día (actualmente unos 60 o más por jornada). Una característica muy peculiar en las últimas celebraciones es la entrada de la danza chaqueña, que da mucho atractivo y colorido a la reunión y gran interés del pueblo y el turismo.

[Custodios: Virgen de Guadalupe]